Parque Natural Sierra Cebollera

La Sierra de Cebollera, declarada Parque Natural en 1995, se localiza en la comarca de Los Cameros, al sur de La Rioja, en la vertiente septentrional del Sistema Ibérico; entre el Puerto de Piqueras (1.710 m) y el de Santa Inés (1.753 m), ocupando una superficie de 23.640 ha.

Los Cameros es tierra de pastores trashumantes, los frescos pastos de alta montaña eran un recurso fundamental durante el verano lo que se traducía en fina lana de oveja merina. Al amparo de la Mesta de pastores creció la economía de la comarca al tiempo que el paisaje era transformado. Con la reforma agraria del siglo XVIII y la pérdida de derechos de la Mesta llegó la progresiva desaparición de la trashumancia, con ella el cese de la actividad y la emigración lo que tuvo su reflejo en el territorio a través de la recolonización de los espacios deforestados hasta llegar al paisaje actual.

La Sierra de Cebollera, de contornos redondeados, es uno de los mejores exponentes del relieve glaciar consecuencia directa del moldeado erosivo que ejercieron los glaciares de circo y de valle de los periodos fríos del Cuaternario. Testigo de ello son los circos, morrenas, rocas aborregadas y valles glaciares.

En cuanto a formaciones vegetales principales se caracteriza por rebollares (Quercus pyrenaica) en los territorios más bajos, que perdieron terreno a favor de tierras de cultivo, muchas de ellas abandonadas en la actualidad, de forma que son frecuentes los brezales. Al ascender aparecen los hayedos (Fagus sylvatica), con una humedad elevada gracias a la densa sombra de las hayas.

Los pinares son formaciones de pino silvestre (Pinus sylvestris), que recolonizaron los pastizales ganados por la trashumancia a rebollares y hayedos. El pino negro (Pinus uncinata) y el pino negral (Pinus pinaster) también se encuentran de forma natural en el Parque.

Las formaciones boscosas, a medida que se gana altitud, dejan paso a formaciones arbustivas de enebro rastrero y brecina. Ya en las cumbres solo prosperan praderas higroturbosas, pastizales de alta montaña y cervunales, con gran importancia en épocas trashumantes, adaptados a las condiciones climáticas más adversas, especialmente a los duros vientos de alta montaña y a los contrastes térmicos entre el día y la noche, más o menos marcados según la estación del año.